Con gran alegría Chile conmemoró los 200 años de vida republicana. Nuestra historia está marcada por luchas, valentía, victorias y crecimiento. Este año ha sido particularmente difícil, después de un terremoto (8.8 ritcher) y tsunami, y con el desastre de nuestros compatriotas mineros, al norte del país. Sin embargo, hemos sabido reponernos, con la ayuda de Dios y el amor a la patria.
Y en el aspecto eclesiástico no ha sido diferente. Muchas luchas hemos enfrentado como iglesia, pero con la ayuda de Dios, y el amor a su Reino, hemos podido seguir adelante.
Por eso en este mes del Bicentenario, celebramos con alegría y orgullo el ser chilenos, y por sobre todas las cosas, el ser participantes y ciudadanos del Reino de Dios.
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