En esta semana hemos sufrido el horror del terremoto y tsunami en nuestro país, uno de los mayores desastres naturales que existe. Chile es un país sísmico por su geografía, pero aún sabiendo eso, nunca estaremos lo suficientemente preparados para enfrentar la catástrofe, de la misma forma que no estamos preparados para la muerte, a pesar de saber de que ella es inminente.
Podríamos atribuir este desastre a los años que pasaron sin haber ningún desastre en esta región, la energía acumulada en la tierra, las placas tectónicas, mas creo que las cosas son más profundas y evidentes.
La naturaleza y el creador de ella hace sentir su voz cuando parece que nadie quiere oir. En cada movimiento telúrico puedo oir la voz de Dios haciéndose sentir en una sociedad que parece acordarse de todo, menos de su Creador que nada somos ante tamaño poder natural: Dios se hace sentir por medio de su creación natural.
Me encantó una respuesta que una misionera española católica dio a un conocido periodista nacional:
Periodista: ¿Por qué se queda en Chile y no vuelve a España después de este desastre?
Misionera: Porque amo este pueblo y Dios quiere que me quede.
Periodista: ¿Pero que Dios es ese que manda un castigo asi al país, acaso no es un Dios de amor?
Misionera: Si, por eso estamos con vida.
Periodista: Ese Dios es muy malo e injusto, no se preocupa de nosotros
Misionera: Dios habla constantemente y cuando habla decimos que no es El.
Periodista: Si, pero nos mandó tremendo desastre
Misionera: Si, ¿y por qué será?
Es hora de que las personas se arrepientan y crean en el Evangelio. El Reino de los cielos esta cerca.
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